“El libro es un juego, sobre mi nombre en mandarín. Dào es por el taoísmo y el Wàng por estar atento al camino. Es un juego de palabras con mi nombre orientalizado y sería ‘Atento al camino’. Si uno mira al interior de un país como China, tenemos solo 4 consulados, mientras que en otros hay muchos más”.
"Cuando friccionás el esquema de relaciones internacionales, tenés problemas. Estás poniendo un freno a un sector en Argentina que desarrolló. Los dos países que nos proveyeron de vacunas fueron clave para nuestro plan de vacunación, Rusia y China. Imagínense qué hubiera pasado si teníamos este nivel de prejuicio en ese momento”.